Carta a: Aispuro
DR. JOSÉ ROSAS AISPURO TORRES
GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DE DURANGO
P R E S E N T E
Sr. Gobernador:
Por enésima vez reiteró usted a la prensa, en días pasados, su respeto a la autonomía universitaria, precisando además, que “resolver el problema de la Universidad no es haciendo lo que hicieron otros en el pasado” en clara alusión a la intervención del gobierno anterior en los asuntos del “alma mater”.
Esta declaración abona a la expectativa de los universitarios de que las cosas cambien en nuestra casa de estudios. Sabemos que recuperar las libertades de que gozaba la Universidad hasta 2010 no es tarea fácil; nuestra Universidad quedó des-orientada, sin liderazgos y, peor aún, con una estructura de gobierno que a lo largo de seis años fue conformada para obedecer. Este ambiente pareciera que hoy se ve, por algunos, como tierra de oportunidad, que no de preocupación o de reflexión. Así, en medio de esta confusión, ha brotado la inquietante convocatoria que, en nombre del Ejecutivo, viene realizando el recién nombrado Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado, Esteban Calderón Rosas, a los directivos y dirigentes universitarios para “resolver” el problema de la Universidad.
Que su gobierno designe a un interlocutor para tratar los asuntos que los universitarios necesiten y decidan tratar con el Ejecutivo, es perfectamente válido y sin duda necesario; pero un interlocutor no interviene ni lleva la tentación de dirigir, menos aún puede pretender encabezar el proceso de transición para la recuperación de la autonomía; tal pretensión, no sólo es la mayor aberración, sino también el mayor contrasentido a la pretensión de su gobierno de no repetir “lo que hicieron otros en el pasado”. Esteban Calderón, sin una historia de liderazgo político o académico en la UJED, convoca a directivos y dirigentes, apoyado sólo en la fuerza que le brinda el decirse enviado del gobernador, pero también valiéndose de la aún viva costumbre, que se asentó a lo largo de un sexenio entre las dirigencias de la Universidad, que consistía en acatar todo llamado e instrucción proveniente del gobierno del Estado.
La convocatoria de Esteban Calderón, formulada en su nombre, parece ignorar, no sólo lo que la Universidad está exigiendo sino también el discurso y los compromisos que, para su gobierno, usted asumió con la sociedad de Durango. La presencia y activismo de Calderón Rosas en la Universidad y la respuesta de no pocos directivos, pareciera no llevar otro interés que definir el asunto de la Rectoría, cuando el primer problema a resolver no es el nombre del Rector, sino la salida del gobierno de la Universidad. Los tiempos, las formas y los nombres para una elección son competencia exclusiva de los universitarios, por lo que el Magistrado Presidente, por elemental sentido común y coherencia con el gobierno que dice representar, debe saber que no está habilitado para convocar ni presidir reunión alguna para tratar los asuntos internos de la Universidad.
En mi opinión, de hacerse necesaria esa figura, un interlocutor natural del gobierno con los universitarios sería el Secretario de Educación cuya calidad de responsable de la educación en el estado le hace apto para el desempeño de esa función. La historia reciente del titular de la SEP, Rubén Calderón Luján, como Rector de la UJED al momento del golpe a la Universidad avala, además, su capacidad de entender los alcances y los límites imperiosos que debe tener un interlocutor.
Las sugerencias y preocupaciones de universitarios, como yo, seguirán fluyendo por esta vía, sin saber si llegan o no a su destinatario, pero aún así, en espera de acciones congruentes con sus palabras, a fin de que el incipiente desencanto que se percibe en una población que hizo una gran apuesta de esperanza a su gobierno, se revierta con oportunidad.
A t e n t a m e n t e
Ma. Guadalupe Rodríguez López
Investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UJED
Durango, Dgo. 31 de octubre de 2016
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