Durango no es un caso aislado, la alternancia no provoca cambio, los políticos se aferran al poder

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La alternancia política no provoca cambio; es una lección que los mexicanos no aprenden, somos muy confiados o fáciles de engatusar. La alternancia provoca pactos, alianzas y componendas, pero los políticos, “los mismos de siempre”, no están dispuestos a soltar el hueso.
Para ejemplo basta el botón duranguense, un estado que esperó por más de 80 años para la alternancia cosmética. José Aispuro Torres (el Güero), en su segunda intentona logró ganar la elección que “le robaron hace seis años”.
El aval ciudadano y la esperanza de cambio se han ido difuminando desde la integración de su gabinete, y es que los panistas y perredistas son los menos en su equipo de trabajo y son mayoría los cuadros militantes, exmilitantes o identificados con el PRI. Los duranguenses no conocían otro partido en el poder más allá del PRI y pareciera que tendrán que esperar por los menos seis años más para conocerlo.
No es el color sino las personas, ejemplos como el propio secretario general de Gobierno, Adrián Alanís, exsenador priista; el hijo del líder sindical de la CTM y exgobernador, don José Ramírez Gamero, fue nombrado como director del Colegio de Bachilleres; César Franco Mariscal en Secretaría de Salud; Jaime Rivas Loaiza en Medio Ambiente; las cuotas a Leticia Herrera, exsenadora y hoy alcaldesa priista en Gómez Palacio, quien propuso a un allegado como subsecretario general de Gobierno en la comarca lagunera, son ejemplos de que el gabinete se conformó con personajes con el ADN priista del que la gente se cansó y rechazó en las urnas.
Los duranguenses decidieron sacar al PRI; sin embargo, entre propios y extraños ha causado descontento y desánimo no sólo por su gabinete, sino porque huele a acuerdos con el PRI y sobre todo con el grupo saliente del poder. Estimado duranguense, usted vota diferente y se quedan los mismos de siempre.
El mal humor social se gesta en Durango; se perciben las mismas prácticas políticas del pasado reciente: los candidatos del PAN a la presidencia lo resentirán.
El gatopardismo duranguense está vigente en todo el paí; la cleptocracia se nutre de personajes de todos los partidos; las promesas de campañas no se transforman en el cambio esperanzador. Estimado ciudadano, en Durango cambio no hay ni en el Oxxo, pague con uno de a 500 y lo comprobará

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